“El Covid va a pedir a todos los países un estándar de sanidad muy superior al que tenemos nosotros en la actualidad. Lo que buscamos implementar es diferente al del presente, donde la identificación es por toda la tropa y no se respalda cada animal” , indicó.
“Hoy los países te piden que quieren saber la historia individual de cada animal, más allá de los datos que brinda el código de barras donde figura fecha, establecimiento faenador y del campo donde salió la hacienda”, añadió.
Para Chiesa, es fundamental, “si queremos conservar los mercados y buscar nuevos, generar información específica con un sistema como el que tiene Uruguay”.
“El sistema de trazabilidad que tiene la Argentina es de 2013, elaborado a medida de la Unión Europea (UE) pero ahora hay más exigencias. Hoy en día, uno debe hacer un CV de cada animal porque no sabés donde te va a explotar la bomba. Ahora es el Covid, pero mañana puede ser otra cosa. La confianza se refuta con información. Debemos dar garantías que antes no teníamos que dar “, dijo.
Para que el sistema sea viable, el dirigente entiende que se debe dejar fuera de la planificación 2021 a las categorías superiores y que llevará un proceso de tres o cuatro años para tener todos los rodeos registrados. “La idea es una implementación progresiva donde las categorías más chicas, o sea los terneros de destete, sean los primeros portadores del chip electrónico. Y, sobre todo, se necesita pasar de un uso voluntario a uno obligatorio y a la vez empezar con la implantación de los programas de gestión”, dijo.
Por otro lado, esta nueva reglamentación permitirá terminar con “el desdoblado sistema sanitario” que existe en el país, ya que se equipará el mercado interno con el exportador. “Este sistema de gestión ayudará también a normar el mercado interno. Vamos a ir a un solo estatus sanitario. Debemos igualar las necesidades de los mercados externos a los nuestros, eso es prioritario”, sostuvo.
En este sentido, el expresidente de CRA señaló que ahora se debe buscar un amplio consenso con las entidades de productores, las asociaciones, los engordadores y los frigoríficos para avanzar lo antes posible. “No vamos a discutir si lo vamos a hacer o no, sino cómo lo vamos a hacer”, puntualizó.
Un tema no menor para la cadena es el costo adicional que sumaría dicha implementación a los criadores. En este sentido, Chiesa remarcó que se lo puede hacer “a través de un tipo de incentivo impositivo”.
Por último, dentro de los cuatro ejes (protocolo Hilton, comunicación, trazabilidad/sanidad e informalidad) que tiene la Mesa de las Carnes entre sus prioridades, dijo que le preocupa una habilitación y proliferación de gran cantidad de cooperativas autogestionadas. “En los últimos tiempos comenzaron a aparecer y multiplicarse matrículas bajo vericuetos legales en una reglamentación que no estaba muy clara. En este sentido se debe actuar”, finalizó.
La Nación – Mariana Reinke